Es la época de siega, los campos están en su mejor momento, en todo su esplendor. Muchas veces tenemos la tentación de soltar a nuestros perros en esos maravillosos campos recién segados, que nos parecen inmaculados, pero la verdad es que encierran un enemigo silencioso: las espigas.
Según la madurez de la espiga, esta puede desprenderse con el menor movimiento y caer al suelo durante la siega, de modo que estos campos recién segados contienen miles de pequeños enemigos para nuestra mascota.
La estructura de una espiga es una obra de ingeniería delicada que hace que solo se desplace hacia adelante, de modo que una vez contacte con el pelo de nuestro mejor amigo, ya no habrá marcha atrás y avanzará irremediablemente hacia zonas mas profundas hasta llegar a la piel e introducirse en ella.
Síntomas de las espigas en perros
Si la espiga entra en oído, casi al instante veremos al perro sacudir la cabeza sin descanso, pero como os contaba, las espigas solo avanzan. Tal vez después de un rato el animalito se canse al ver que es inútil y pare de sacudirse, y es ahí cuando comienza la peor parte, las espigan comienzan a producir inflamación e infección.
En otras ocasiones la espiga entra en los orificios nasales ya que los perros son muy dados a olisquearlo todo. Es en este caso que empiezan a estornudar de modo continuo, frotarse la trufa e incluso a sangrar por la nariz.
Los lugares donde se puede alojar una espiga son infinitos, incluso en los párpados. A primera impresión tal vez nos parezca una conjuntivitis y pensemos que con un simple colirio se solucionará, pero cuanto más esperemos, más repercusión tendrá e incluso pueden formarse úlceras.
A veces la espiga va a parar a los pies y es en este caso cuando más en silencio evoluciona. Tal vez solo percibamos un ligero lamido de las patas que cada vez se va intensificando más.
Tratamientos contra las espigas en perros.
En cualquiera de los casos que nuestro perro se vea afectado por una espiga, la solución comienza siempre por la extracción COMPLETA de la misma. En el caso de los oídos y los ojos el proceso es muy delicado y se necesitará material específico, como es un otoscopio y unas pinzas de cocodrilo, de las que disponen las clínicas veterinarias. Así que si observas cualquiera de los síntomas descritos, lleva a tu perro al veterinario. Ellos disponen de los medios adecuados y te recetarán los tratamientos adecuados a cada proceso y a cada animal en concreto
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